Estamos ante un barrio lleno de deliciosos contrastes que ha sabido adaptarse perfectamente a los cambios y estilo de vida de los madrileños. Un barrio que combina a la perfección algunas calles casi haussmanianas, con fachadas de estilo parisino, con otras de lo más castizo. Combina igual de bien una oferta cultural y gastronómica apta tanto para familias tradicionales como para jóvenes vanguardistas. Esta maravillosa dualidad lo ha convertido en uno de los barrios más demandados de Madrid.
Chamberí se caracteriza por sus buenas comunicaciones en transporte público, su amplia oferta de servicios y sus zonas verdes. Además, se encuentra a un paso el distrito financiero, del Paseo de la Castellana y de la zona universitaria.
En los últimos años, Chamberí se ha convertido en un referente para foodies. La calle Ponzano, con hashtag propio #Ponzaning, y sus alrededores son el máximo exponente gastronómico de la ciudad. A lo largo de toda la calle se encuentran locales para todos los gustos y paladares: desde tabernas clásicas donde se tiran las mejores cañas hasta novedosas propuestas gastronómicas, al quite de la vanguardia y la innovación culinaria. Sin embargo, no todo es Ponzano. Olavide es sin duda otro de los lugares in de Chamberí. Una plaza octogonal, rodeada de terrazas, donde disfrutar de un buen aperitivo durante el fin de semana, mientras los niños juegan en el parque.
Además, entre sus calles y bulevares se pueden descubrir desde pequeñas tiendas de estilo ecléctico hasta museos bellísimos como la casa-museo Sorolla.
Apto para los más deportistas, Chamberí presume también de espacios verdes, con sus zonas deportivas y de recreo, que son el alma para la desconexión urbanita. A un lado, el impresionante parque Santander, con sus estanques, circuitos para correr y pasear, sus pistas de pádel y fútbol o sus originales zonas ajardinadas. Al otro lado, encontramos el Parque de Ríos Rosas, un agradable entorno de jardines, ideal para pasear y los encuentros en familia.